Paquito de Málaga: abuelo telecoca

Hoy amanecemos con la siguiente noticia publicada con este titular en portada digital de El Mundo:

Paquito de Málaga, abuelo 'telecoca' a los 80 años



No he tardado en escuchar aquello de "si tiene 80 años puede hacer lo que quiera pues no entrará en la carcel", pero lo cierto es que sí que puede ingresar en la cárcel si le condenan por el delito que se le atribuye en la prensa y que de hecho sería un caso más de una lista que curiosamente se va incrementando.

Es una leyenda urbana bastante extendida la de que los ancianos no pueden ingresar en prisión, pero lo cierto es que sí que pueden ingresar. El origen de la leyenda es posible que sea una mala interpretación de la normativa actual, donde lo que realmente hay es un trato "privilegiado" en cuanto a los requisitos para la obtención o disfrute de la libertad condicional por motivos de humanidad, no una "
patente de corso".
La leyenda probablemente tenga su origen en el literal del actual artículo 91 del C.P, que establece:

"1. No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, los penados que hubieran cumplido la edad de setenta años, o la cumplan durante la extinción de la condena, y reúnan los requisitos exigidos en el artículo anterior, excepto el de haber extinguido las tres cuartas partes de aquélla, las dos terceras partes o, en su caso, la mitad de la condena, podrán obtener la suspensión de la ejecución del resto de la pena y la concesión de la libertad condicional.
El mismo criterio se aplicará cuando se trate de enfermos muy graves con padecimientos incurables, y así quede acreditado tras la práctica de los informes médicos que, a criterio del juez de vigilancia penitenciaria, se estimen necesarios."

Ese hecho, sumado al hecho de que en prisión suelen estar más tiempo en enfermería que con el resto de reos, ha ido extendiendo que los ancianos no entran en prisión, pues son puestos en libertad condicional con mucha mayor celeridad e incluso el tiempo que pasan allí disfrutan de un trato por parte de los funcionarios distinto, derivado de su estancia en enfermería y de la falta de peligrosidad que se presupone a personas de tal edad.

El problema para estas personas mayores suele ser cuando son condenados al pago de una responsabilidad civil
ex delicto muy elevada (caso de las grandes estafas) que el anciano no puede afrontar, siendo uno de los requisitos para obtener el beneficio precitado, pero es algo que nos consta se suele salvar mediante la concesión del tercer grado y el envío a casa con control telemático.

Así que ya sabe, si es anciano y está planteándose realizar una locura como el protagonista de la noticia, piénseselo dos veces porque no es inmune a la ley.